Hoy es un día no se si festivo o de recuerdos de personas que nos faltan, lo cual seguro que es triste.
A mi corta edad tengo la suerte de no haber perdido a ningún ser querido como todos lo entendemos, pero desde hace 83 días a diario me acuerdo de un ser inteligente, cariñoso, con una fortaleza fuera de lo normal y ante todo fiel y amigo. Tras su desaparición, recé y prometí dedicarle el próximo torneo que jugara, fue el open de Almería, casualmente fui campeón. (Uno de los días más felices por haber podido dedicárselo).
Hace varios años me mandaron en el instituto hacer una fábula, la verdad no sabía que inventarme, pregunté a mi padre sobre que podría escribirla y el me contó una historia. Le pregunté que si era real y me contestó que si le quitaba la humanidad que le había puesto era 100 % real. Me animé a contarla, y no solo me felicitó el profesor de turno, sino que el ayuntamiento me premio por ella. (No ha habido una sola vez que la haya leído, que las lágrimas no hayan corrido por mis mejillas)
Antes de conocer la historia en profundidad nunca había prestado mucha atención a este ser querido, pero a partir de ahí, cada vez que lo miraba o jugaba con él, me imaginaba sus aventuras y quehaceres fijándome en detalles de su conducta que antes pasaban desapercibidos para mi y que ahora hacen que haya captado su humanidad.
Ahora solo tengo recuerdos, unos huesos y un puñado de pelos, pues quiero saber su edad. Nadie sabe o recuerda con exactitud cuando ni de donde vino, pero si tenemos constancia de que hace al menos 23 años ya estaba con nosotros.
Muchos como tu, amigo
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